En Copenhague!!

La visita fue corta, pero intensa; más desagradable de lo que esperabamos, pero mucho más vivida!!!

Al llegar allí todo era precioso: un hostal cerca del Tívoli, con unas vistas perfectas, muchos planes para ver la ciudad en bicicleta, la famosa Sirenita... y todo fue sobre ruedas.

Visitamos, como podeis ver, el Tívoli el jueves por la noche, después de nuestra llegada. Y menos mal que lo hicimos, porque sino...

... sino no hubiesemos podido, ya que al llegar al hostal (concretamente al Danhostal, que lo citamos para que conste en acta) una plaga de bichitos rojos asquerosos invadió nuestra habitación, contagiando todas nuestras cosas!! Según nos dijeron en el hostal, eran bichos del textil, y nos dejaron cambiarnos de habitación porque extenderíamos los bichos a los otros cuartos. El trato fue ¡¡Como si fuesemos apestados!!.

Así, después de mucho tiempo discutiendo (en el que Paula pudo poner en práctica sus conocimientos de inglés), embalamos nuestras maletas con bolsas de basura para evitar que los "bicharracos" se apoderasen de nuestra ropa y buscamos otro alojamiento. Eran las 2 de la mañana y estaba todo cerrado y/o ocupado. A las 6 de la mañana aproximadamente, después de pasar toda la noche sin dormir buscando otro sitio para quedarnos, nos fuimos a la estación de tren a intentar cambiar el billete, y tampoco.

Y ya, al final, después de recorrernos media Copenhague a pie, a las 11.30 de la mañana encontramos un Hotel!! Así, pudimos descansar y visitar algo de la ciudad por la tarde. Esto fue lo poco que pudimos hacer, además de ir a recoger los billetes del tren al aeropuerto, que también fue otra mini aventura, ya que los billetes eran suecos y las taquillas danesas, por lo que no nos podian vender los tiquets. Después de mucho preguntar, incluso en un 7eleven (un 24 horas), averiguamos que teniamos que volver al aeropuerto que allí, escondida detrás de una palmera, estaba la máquina de venta de tickets suecos!!

Si esque, lo que no nos pasó allí, ya no nos pasa, o eso esperamos!!!